domingo, 31 de mayo de 2009

INICIO PARA UNA MIRDA CRÍTICA

La construcción de conocimientos ha experimentado un proceso de institucionalización particular a partir de la instauración de la era industrial. Nuevas exigencias sociales crearon y cambiaron instituciones que regían la vida cotidiana de los hombres. Entre éstas, las instituciones destinadas a producir conocimientos, aprendizajes, adquirieron formas muy diferentes a las previas a la revolución industrial y a la revolución francesa. La escuela y las prácticas correspondientes a ésta se han “naturalizado” y se han concebido como fundamentales para el desarrollo y la vida de los sujetos. Otro tanto ha sucedido con la institución de la cárcel para el delincuente, el manicomio para el loco, la universidad para el estudiante adulto o la medicina para el enfermo, entre otras. Esto ha contribuido a establecer un fuerte obstáculo para que dichas prácticas hallan podido ser sometidas a una mirada crítica que llevaran a cambios significativos en pos de prácticas más adecuadas para los distintos momentos históricos que atravesara la humanidad y evitar la estereotipia que puede percibirse en la mayor parte de las instituciones de las sociedades occidentales. En aquellos casos en que miradas críticas se han posado sobre dichos fenómenos, han enfrentado fuertes oposiciones o han sido fagocitadas de tal forma que sus efectos han quedado lejos de constituir los cambios pretendidos por quienes se han mostrado críticos y superadores.Señala Betina Bendersky que “el carácter histórico de la escuela da cuenta de su artificialidad y de su forma particular de organización”[1]. Si bien esta afirmación se limita a los procesos de escolarización de la infancia, podrían extenderse a otras instituciones educativas. Al respecto, Elichiry desarrolla la idea de que”la finalidad de la lectura suele buscar en forma predominante un acopio indiscriminado de datos. Este modo de leer hace que el alumno no realice determinadas operaciones favorecedoras de una lectura reflexiva”[2], y continúa diciendo “sin embargo la universidad es el espacio por excelencia de ejercicio de una lectura reflexiva y crítica es decir de una lectura capaz de dar cuenta de la lógica de un texto y sus condiciones de producción”[3].
[1] Bendersky, B. (2001) “La escuela ¿un espacio natural?” en: Elichiry, N. (Comp.) ¿Dónde y cómo se aprende? Temas de Psicología educacional. Buenos Aires. EUDEBA – JVE. Pág. 24.
[2] Elichiry, N. (2004). “Aprender a leer… ¿en la universidad?” en: Elichiry, N. (Comp.) Discusiones actuales en psicología educacional. Buenos Aires. JVE. Pág125.
[3] Op. Cit. Pág . 25.

1 comentario:

  1. *esta bueno el texto para introducir al problema de la educación actual, y luego presentar las tecnologías como herramientas a través de las cuales se pueden dar cambios paradigmáticos en la enseñanza

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